CONTROL DE PH Y CONDUCTIVIDAD
DECISIONES PREVIAS A TOMAR PARA DISEÑAR EL TRATAMIENTO QUIMICO DE TORRES DE REFRIGERACIÓN:
- El rango de PH al que se trabajará
- PH neutro
- PH alcalino
Los sistemas con pH neutro se controlan normalmente con ácido sulfúrico y suelen ser más económicos al trabajar a un número de ciclos de concentración mayor. En cuanto a las incrustaciones se consigue cierto nivel de protección, aunque la protección contra la corrosión sólo resulta eficaz si se consigue una buena regulación de pH y una concentración correcta de inhibidor de corrosión. Si el pH es inferior, pueden aparecer corrosiones y si el pH es superior pueden aparecer incrustaciones. Por tanto, el tratamiento a pH neutro tiene algunas ventajas (permite mayores ciclos de concentración y menor consumo de productos químicos, al ser el caudal a tratar menor), pero también aumentan los riesgos.
Cuando se opta por trabajar a pH alcalino, la ventaja fundamental es que la corrosividad del agua de refrigeración es mucho menor que en el caso anterior. Los mayores problemas de este tipo de tratamiento son las incrustaciones y los depósitos, sobre todo debidos a las sales cálcicas y magnésicas (carbonatos y sulfatos). En estos sistemas los ciclos de renovación deben ser más bajos para disminuir los índices de solubilidad (se purga más agua), lo que supone que la cantidad de agua que se aporta y que se purga es mucho mayor (aumenta el vertido). En consecuencia, la cantidad de productos químicos que se consumen para el tratamiento también es mucho mayor. El tratamiento a pH alcalino tiene menos riesgos, pero también es más agresivo con el medio ambiente (aumentan los vertidos) y el coste es mayor, al aumentar el consumo de agua y de productos químicos de tratamiento.
Del tipo de agua de aporte y de sus contenidos en sales dependerá el tipo de pH a utilizar en nuestro sistema.
Para el control de incrustaciones y corrosión son, pues, tres los tratamientos químicos necesarios: un ácido para el ajuste del pH (generalmente se emplea sulfúrico), un antiincrustante y un anticorrosivo. Los antiincrustantes más utilizados son los compuestos de ácido fosfórico, denominados comúnmente “fosfonatos”. Últimamente comienzan a utilizarse también los antiincrustantes “todo orgánico” (All-organic) basados en los alquilepoxicarboxilatos o AECs. Estos presentan varias ventajas sobre los primeros como mejores niveles de estabilidad y solubilidad, y además son compatibles con los tratamientos biocidas que podrían tener problemas en el caso de la utilización de fosfonatos.